domingo, 29 de enero de 2012

“Se les rompió el amor…


De tanto usarlo”. Y es que está claro que Hollywood es Hollywood y si no, a las pruebas. Por más sólida que parezca una parejita toditas acaban igual. Claro que luego están Paul y Joan, aunque nadie cuenta que Paul estaba casado cuando empezaron, que no importó mucho que se fuera con la mejor amiga de su esposa y dejara atrás toda una vida con niño incluido…Pero luego tuvieron su parte correspondiente de cal, con cuernos, alcohol y demás.  Aunque seguro que hubo mucho bueno. Y también Paul estaba   estupendo, claro. Mira tú.

Al tema. Que luego me desvío y me dicen que parezco la abuela Paca, que se va por las ramas. Pues eso, que los buenos de Heidy y Seal parecía que iban a durar “parasiempre” aunque los Héroes no se cansaran de cantar eso de “parasiempre es mucho tiempo” pues va a ser que sí. Yo esperando que llegara San Valentín para hacer un post monísimo con las fotos tan bonicas y almibaradas de esta pareja, y, nada, ¡que no me ha dado tiempo!. Por lo menos a mí. Porque Heidy sí que sale en portada de una revista de moda, en el adelanto de este mes rosa por definición, del Santo patrocinado por los grandes almacenes. Eso que se lleva la rubia en el cuerpo.


Y es que tanto azúcar por todas partes, como que no, siempre tan pegaditos, cuatro niños en cinco años, renovar los votos matrimoniales cada aniversario, y, claro, luego que se aburren. Los demás no nos aburrimos nada, y, en caso de separación, pues, es más bien por lo contrario, nos pasamos el día con la lengua fuera, entre ir al super, correr al trabajo, y demás cuestiones personales, llegamos al final del día hechos puré y, eso de casarnos todos los años…entre la pasta, que al común de los mortales no nos da, el cansancio: con lo que cuesta preparar una boda ¡como para hacerla continuamente!, y el día a día que ya es bastante pues nada. Que no. Aunque a ellos con tanto romanticismo a raudales tampoco parece que les haya durado mucho el invento…quizá por eso. Y si una boda es especial un montón como que pierden el encanto  – digo yo -
Y al final, qué quieren que les diga.” El amor es como la alta costura, si no queda perfecto, mejor dejarlo” ya lo decía la ex señora Petrovsky. Pues ya está dicho, y, aunque la cuestión no sea baladí y menos con cuatro churumbeles, y no se trate tampoco de abandonar el barco a la primera de cambio, como si fuéramos el capitán italiano traidor, el amor, como la amistad hay que cuidarlo todos los día y aún así, a veces no funciona y ya está.
Entonces ¿no hay esperanza? Creo que sí. Mi fondo de romántica empedernida, cual Jane Austen moderna, me dice que se puede encontrar el amor. Un amor sin resquicios. Con el que pasar una agradable travesía de la vida juntos. Y unos ratitos buenos. Que al final es lo que vamos a estar aquí, en la vida, de paso, así que mejor pasarlo bien. Y a la postre, todos conocemos parejas enamoradas tras un montón de años, que se pelean, que se quieren, y que darían todo por estar juntos. Pero ya se sabe: esto no es Hollywood.

miércoles, 25 de enero de 2012

La vida rosa…


Cuando mi hermano mayor entró por primera vez en mi blog lo primero que me dijo fue: “¡que rosa!” Y es que no sé que tendrá este color que, pese a las niñas repipis, las princesas de pacotilla, Mariah Carey y demás familia, con el tiempo Servidora ha acabado viendo la vida en color rosa.

Y es que, en el día a día hay que intentar cambiar las cosas aunque sólo sea un poquito, porque con lo duros que resultan algunas veces para todos, si no intentamos ver las cosas con optimismo, alegría, y un color fantástico, por ejemplo el rosa, estamos perdidos.


Rosas hay muchos desde el rosa bebé: el clásico rosa clarito, para los no iniciados, pasando por el rosa “pocho” -sí, ese que tira a gris- nombre que reinventó (y no digo inventó, que no hay nada nuevo bajo el sol) hace muchos muchos años una amiga nuestra fantástica, y que, como tenía una tienda de ropa y era Vasca, pues llamaba a los colores como le venía en gana…El rosa salmón, sutil, El rosa chicle, que es más intenso.




Luego está el rosa fucsia: el más chillón por definición en sus diferentes intensidades y variedades, y, qué sería de nuestros anodinos días si no les diéramos un toque pop y necesariamente kitsch…
Porque yo, adoro el plástico, lo hortera puntualmente que mezclado, me parece de lo más estiloso casi siempre y, si no siempre es divertido, y, además que narices: “si no puedes ser elegante, al menos sé extravagante” – como dijo una Diva una vez.
El color rosa además siempre ha estado condicionado por su asociación a las chicas. Así que aún hoy cuando alguien entra en mi blog puede que piense: es sólo para chicas, pero no, amigos, porque aquí hay un poquito de todo, aunque no lo voy a negar, es más para chicas, pero no en exclusiva, porque la alegría, el sentido del humor, el estilo y todo lo divertido y bonito que pretendo compendiar en cada nueva entrada no es patrimonio de ningún género y – por suerte- nunca lo será.

Además gracias a los chicos atrevidos el rosa ha dejado de ser coto exclusivo de las niñas para formar parte del vestuario de todos y, que además, favorece, y, es casi adictivo.

Y esto no quiere decir que ahora tengamos todos que convertirnos por Obra y Gracia de la moda en pastelones gigantes, porque la verdad sea dicha si en pequeñas dosis, bolsos, pañuelos o combinado con neutros ( mejor con los oscuros, negros e incluso marrones ) queda casi Divino, y casi siempre favorece, en grandes dosis parecemos un repollo o la hermana pequeña de la Obregón. Y eso, Señoras y Señores no hay cuerpo humano que lo resista.

Yo, después de aborrecer el color durante años, lo dejé entrar en mi vida, con alegres pinceladas, o en forma de burbujas de baño Rose Jam (de Lush)

O en mi ramo de novia, de rosas, claro. Es este:

Mira tú, los flamencos, que pájaros más fashion.

Qué bonitas y delicadas son las zapatillas de ballet…

¿Y algo de oro rosa? Fabuloso, moderno y sofisticado.




O incluso en los botes de Vanish, que cuando se acaban, les quito la etiqueta y me sirven para guardar muy ordenaditas, montones de cosas. Je, je.

Y es que, a veces, por negro que esté o que se ponga el día, una respira hondo, cierra los ojos. Y piensa en rosa. Y la vida cambia. Aunque sólo sea un poquito. Solo por verla a través de un cristal rosa.
Un beso. Lola


lunes, 23 de enero de 2012

Maquillaje rápido para mujeres estresadas


 Este va dedicado a las chicas que no se arreglan porque no-tienen-tiempo, desde luego para poner venticinco bases y cuarenta y ocho coloretes, pocas veces nos va a dar la mañana, y, como estos son minutos arañados y escasos, pues a ver cómo optimizamos nuestro ratito.
Así que ahí va mi idea de un maquillaje, sencillo, rápido y apañado, para salir guapa en la foto, vaya:
Los imprescindibles Cuatro pasos:
Base de maquillaje (mejor compacta)
Corrector de ojeras
Colorete 
Labial o brillo.
Si hay dos minutos más, polvos para fijar el maquillaje y un toque de máscara.

Seguro que todas conocéis el invento del maquillaje compacto. Si no, hay que encontrar uno que se aplique sin mucho esfuerzo, y con cobertura adecuada, me gusta un montón el Panstick de Max Factor, lo uso hace unos 15 años, y es el único al que vuelvo siempre, se aplica muy rápido, tiene una cobertura media-alta y dura bastante. Además tarda en acabarse años, y está muy bien de precio. Yo lo aplico poniendo una raya en cada mejilla, otra en la nariz, frente, barbilla y extiendo con los dedos, o una esponja. Según la prisa. También me han recomendado mucho el Miracle Touch también de Max Factor.

Sólo pongo polvos si voy a estar fuera muchas horas o quiero asegurarme un acabado sin brillos. Los que uso son los de Kryolan, desde que los probé no los cambio, y, creedme, he probado muuuchos ( y algunos muy caros). Con ellos como dice una fantástica maquilladora “pasé de Cenicienta a Princesa”.



A continuación el corrector. No cambio el de Kiko, por tres pesetas cobertura estupenda, lo pongo en la parte de la ojera, lo extiendo con el dedo y en diez segundos parece que has dormido mucho más, y mi truco: infalible para lograr buena cara: ponerlo por todo el párpado, de las pestañas a las cejas, en muy poca cantidad.

El colorete, aquí hay dos opciones rápidas: un tinte o un colorete en crema. Ambos los aplico con los dedos. Utilizo el colorete en crema de NYX, que me encanta, y si uso un tinte he probado dos: el benetint de Benefit, con formato líquido (parece una laca de uñas), ojo, hay que extenderlo rápido, para que no quede mancha y lo mejor de todo: sirve para mejillas y labios. También el tinte de Lush igual, el resultado, no obstante es muy distinto. El de Lush es cremoso, como un labial un poco fijo, el de Benefit tiñe, nada más.

La máscara. Un toque, en las superiores, y, ya está. Es muy importante tener una máscara buena y que no cueste mucho de aplicar, para ir más rápido. A veces me salto este paso. Pero supone una gran diferencia. L´Oreal y Max Factor son mis marcas favoritas de Low Cost, aunque cuando puedo me compro Dior. Hablan muy bien de Helena Rubinstein, y, la presentación es impresionante.


Los labios; con el tinte o un brillo labial, o, una barra. Me encantan las intensas, rojos, fresas, anaranjados, me atrevo con casi todos. A veces lo meto en el bolso y los pinto luego. Según la prisa.



Y a salir corriendo, porque el día es largo, el tiempo poco, y las chicas queremos estar guapas, por lo que pueda pasar, nunca se sabe, un trabajo, un novio, unos amigos por sorpresa ( no, los de Isabel no, que son muy pijos y solo comen bombones) mejor unos con los que tomar una cerveza…
Un  Beso. Lola



viernes, 20 de enero de 2012

El bolso de mi vida

Grace, como no, con su Kelly, de Hermés


De temporada P/V Massimo Dutti

Si hay algo importante y que defina el aspecto final de una mujer es su bolso. Con sus zapatos, claro. A estas alturas y, puesto que ya todas estamos convencidas de nuestro estatus de Princesas  modernas y fantásticas en esta vida, una de las primeras cosas que una mujer con mayúsculas va a necesitar es un bolso que le confiera a ella misma y transmita a los demás, lo estupenda y estilosa que es. Así que para las que no creen que tal suma de cosas sea compatible con un bolso grande, práctico y económico, o con uno pequeño y coqueto que sigan leyendo.







Letizia, con el Amazona en color albero

Para las que se lo puedan permitir o se dejen una o varias pagas extra en el capricho están los bolsos de lujo. Rematados a mano y con materiales de primera calidad, se paga por algo. También por la exclusividad, y, claro, la marca.



Kelly, de Hermés


Amazona, de Loewe


















Las que no renuncian a la piel, hay una gama media, que, además en estas fechas y gracias a las ofertas, es aún mucho más asequible.
De Gloria Ortiz (en El Corte Inglés)


Y los estupendos de plástico legítimo, algunos graciosos, otros que dan el pego, y, todos a los que no les lloras cuando se rompen o te cansas de ellos.
De Blanco ( Rebajas )


Lo primero que hay que tener en cuenta es que no hace falta tener 50 bolsos. Con cuatro o cinco bien elegidos, basta.


Miranda Kerr no se separa de este, ideal en marrón rojizo

De Mango, Rebajas




El imprescindible es uno grande, cómodo y que combine bien, para llevarlo todos los días. Mejor de asa o asas largas. Aquí suelen imponerse el negro o marrón. Como siempre están las atrevidas ¿qué tal uno rojo? ¿o rosa? Animan todos los aspectos. Para mí no hay nada más aburrido que ir toda de negro. Y el bolso ( sobre todo en invierno) puede dar ese aspecto fabuloso y ese toque de color que cambie todo.





Pippa Midletton, con el bolso que lleva su nombre


De Massimo Dutti
Eva Mendes, con su bolso de mano
Si elegimos nuestro bolso de asa corta, hay que asegurarse que ésta sea lo suficientemente larga para que quepa el hombro, o estar dispuesta a llevarlo sólo de mano, otra opción es que tenga bandolera de quita y pon, que resulta muy práctico, porque así tendremos el equivalente a dos bolsos en uno. Éstos son mis favoritos. Colgados del antebrazo dan un aspecto muy chic, o, si no, con su asa, dejan las manos  libres.







DePurificación García
El tercer bolso es el pequeñito, con asa larga. Pero sencillo, para aprovecharlo. Como siempre, el material preferido es la piel, pero no es obligatorio, los hay de tela o de los de plástico, descarados, que, resultan adorables y manejables a partes iguales. El asa muy larga para ponerlos en bandolera es muy práctica. A mí me gusta llevarlos así, o si los llevo al hombro, hago un nudo para acortar. La desventaja es que cabe poco, la ventaja, que no los puedes llenar ( punto final al dolor de espalda), y, que para ir a mercadillos, o, sitios muy llenos se pueden llevar incluso debajo del abrigo.



Olivia Palermo


El cuarto es la cartera o bolso de mano. Me gusta grande. Por dos motivos, el primero, que lo aprovecho más., tanto para un día especial, como para la noche. El segundo, porque si lleva cadenita o asa que se meta por dentro mejor, aún más versátil. Entre mis favoritas las de cocodrilo ( no hace falta que sean de verdad, en Stradivarius, blanco… hay unos modelos ideales ), de charol, e incluso de tela.











El quinto es el bolso de fiesta. Otra vez la palabra mágica: rebajas, porque sí, porque en estas fechas maravillosas en las que nos hallamos cualquier chica espabilada y que gaste suela de zapato o “click” de su ratón puede conseguir monadas por precios de risa. Un bolso basta, pero dada la variedad del mercado, aconsejo un par, si se puede, para alternar.

Diane Kruger, con su bolsito, ¡claro!


A mí me gusta comprar poco a poco. Sin prisa. Escoger las cosas con calma y no precipitarme. Odio cambiar mis compras, así que lo pienso bien. Y no me agobio. Seguro que todas tenéis un bolso, al menos, fenomenal. El resto ya vendrán. Habrá oportunidades, rebajas, liquidaciones y demás, para hacerse con el adecuado. Y si no, al tiempo. Lo juro por Snoopy.
Un beso. Lola









miércoles, 18 de enero de 2012

Regreso…a los años veinte


Para los que nos gusta soñar despiertos, la idea evocadora de vivir en un tiempo pasado, como si nos hubiéramos convertido de repente en protagonistas de la película de Woody Allen , nos resulta atractiva y seductora. No llego a ser su  último personaje, obsesionado los años veinte del pasado siglo, y, para el que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero, sin lugar a dudas la originalidad y el detalle de las ropas de aquel tiempo me siguen conquistando y creo que conquistarán por muchos años a todo seguidor de la moda que se precie, y,  de alguna forma siempre estarán presentes…

Pocas disciplinas habrá que beban tanto una de la otra (y con tan estupendos resultados) como el cine y la moda, una de las tendencias más repetidas en los últimos tiempos, es, como no el regreso a los felices veinte por obra y Gracia de la famosa “Midnight in Paris” o de la más recientemente la ya premiada en los Globos de Oro entre otros, “The Artist”-entre otras, claro. 
"El velo pintado"
"Regreso a Brideshead"

"Midnight in Paris"















Y como soñar es gratis, cierro los ojos ¡y ya está!, me encuentro sumida en esos fabulosos tiempos, y, al abrir mi armario, lo encuentro repleto, como si del baúl de la Piquer se tratara, de cintas, todo con estilo único, con un aura de romanticismo, el gusto por Egipto repetido en mis pulseras, pendientes, las cajitas donde guardo todo… El Art Decó también muy presente en la decoración de la estancia, en los bordados de flores de las ropas, la liberación de la silueta femenina reflejada en unos vestidos que, por sí mismos, parecen flotar, con la paradoja de lo refinado, lo artesanal, los encajes, las cintas por doquier...


Y mis sombreros…todas las chicas los lucimos pegaditos y coquetos, con detalles de raso, de estilo casquete, con ala pequeñita, algunos también con rejilla, de variados colores a tono con todo mi vestuario. Para la noche, las cintas en la frente, con plumas y pedrería.


Con detalles de bordados, brillos… la noche no abandona el lujo; la seda y la muselina como  telas preferidas, que permiten el movimiento fluido de las mujeres con mayúsculas, que, nos inspirabamos en la Meca del Cine, Hollywood, que ya tomaba forma y aunaba las diferentes escuelas del séptimo arte, lanzaban sus estrellas fulgurantes, a las que, las más presumidas queríamos (entonces como ahora) parecernos.



Y qué decir de los vestiditos, etéreos y cortos por la rodilla, mientras las chicas, más guerreras que nunca, luchan por sus derechos, la ropa plasma la transformación de la sociedad, el destierro de hierros en corsés y enaguas aparatosas que no permitían libertad de movimientos, y la revolución también para los atónitos caballeros, que pasaron de desear ver un tobillo a contemplar las piernas de las mujeres, que, por fin las lucían, y, es que ¿hay algo más sexy que un tobillo?





Me gustan particularmente los zapatos bicolores, también los que se atan con coquetos lazos…

Y lo mejor de todo, es que ya volviendo a la realidad, hoy podemos coger lo mejor de cada época, un poquito de aquí y otro de allá, mezclarlo y dar con un aspecto único, en este tiempo tan distinto a los veinte del pasado siglo, en que, la moda ya no sólo la imponen los diseñadores, sino las  tiendas destinadas al gran público, la globalización, la calle, y, cómo no, internet…Así que para los seguidores de la moda con un poquito de estilo propio añadido al encanto de cada cual, conseguimos una versión propia y una adaptación de la época…













Tocados de Cherubina



Rebuscando en el baúl de los recuerdos encontramos no pocas muestras de estilo, de entonces, e influjo en el arte de ahora Divino… Los tocados inspirados en estos años, juegan con redecillas, plumas, brillos…un lujo para la vista. Una pena que anticuarios y tiendas de segunda mano sean tan caros…Pero siempre nos quedarán los diseños actuales, inspirados en los de entonces, algunos, incluso mejores…



Las novias fueron coquetas y, con unos vestidos muy bien cortados, y, claro, son inspiración constante.








Los peinados, con ondas al agua, o rizados, al gusto de la época, con las melenitas cortas, ¡por fin las chicas nos cortamos la melena!…Y sí, señores, incluso inspiraron en los cincuenta a la mismísima Marilyn…







Los caballeros con esa sastrería…Ojo, señores: un traje bien cortado nunca pasa de moda, y, un chaleco que siente bien para las ocasiones tampoco…




Con aspecto pulcro y arreglado…




 

Con pajarita, o corbata, muy vestidos.









Se puso de moda el pelo muy peinado, pegado o hacia atrás ( otra vez el cine )





 


Y los sombreros, de ala, elegantes y toque final del atuendo.












En resumen, unos años dignos de inspiración, para estar guapas y guapos…como entonces, pero mejor, como ahora.


Un beso. Lola