martes, 3 de abril de 2012

La madrastra



Acostumbradas a los cuentos clásicos, la sola mención de una madrastra es capaz de infundir terror hasta a la más valiente de las mujeres, y es que por todas es sabido que cuando una madrastra entra en escena nada bueno puede suceder…Y de hecho así ha sido en los ejemplos que de ellas hemos tenido, incluso cuando parecía que nada peor podía ocurrir, de repente, la mala en cuestión se sacaba de la manga conjuros mágicos, encargaba a algún sicario la muerte de su hijastra, o se las ingeniaba para hacer la vida imposible de mil maneras a la pobre princesa en cuestión…


Y luego está la realidad, y en este mundo global y moderno en que vivimos en el que para-siempre a veces sólo dura unos años, las familias lógicamente tienden a rehacerse, y entonces resulta que el nuevo príncipe o princesa ya tienen hijos de una relación anterior, y aquí retomamos las palabrejas que se las traen, porque si madrastra suena a fea y mala que no veas, qué decir de padrastro: “obstáculo, impedimento o inconveniente que hace daño en una materia” y otra deficición:”pellejo que se levanta de las uñas y causa dolor y estorbo”… ejem. Sin comentarios…



Por suerte para algún@s esto no es Disney, y el amor es el amor, y cuando tu pareja ya tiene hijos, pues toca hacer tareas de madre suplente (que no suplantadora) y apoyarlos, ayudarlos, ser justo, no excederse porque para eso por suerte para la criatura está su madre, y en fin, realizar toda una serie de tareas tan agradables como difíciles, ya que ser madrastra (o padrastro) sí que es algo complicado, si se trata de unir las funciones de padre o madre normal con el justo trato a todas las partes implicadas; tu pareja, sus hijos, la anterior pareja de tu amor…uff se antoja cuando menos complicadísimo, y el que lo realiza en lugar de padrastro o madrastra quizá debería llamarse super padre o super madre.


Y aquí toca hablar de mi amiga: la madrastra, una persona alegre, positiva, amiga de sus amigos, trabajadora incansable, buena persona, amable con todos, que siempre sabe poner buena cara ante las adversidades, solidaria, madre y también cómo no, madrastra; ¡y encima guapa! que cada día nos da una lección a todos de cómo se puede ser tantas cosas y hacerlas todas bien, y además de una manera tan natural. ¡Tú sí que eres la antítesis de las madrastras de los cuentos!  


Y entonces una se da cuenta de repente que la vida no es cómo nos la contaron, ni siquiera se parece a cómo la imaginábamos de pequeños, pero a veces, es incluso mejor porque aunque las separaciones sean terribles, el fin del amor sea algo nada deseable, los hijos tengan que vivir situaciones difíciles, al final; después de todo uno sólo puede desear la felicidad para todos los que quiere. Y la felicidad también es tener a tu alrededor personas que te quieren aunque no sean tu madre o tu padre y que cuidan de ti.

Un beso. Lola




1 comentario:

  1. Arriba esa madrastra!
    Desde luego, buena donde las haya.

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