De plástico legítimo

Y hoy no vamos a hablar de bolsos sino de caras, porque seamos realistas ¿no acaban todas las famosas (¿sobre todo en Hollywood?) con cara de plástico; algunas se parecen más a la barbie y otras son un cruce entre muñeca y  pato, porque  quedan feas, antinaturales y raras. Y qué vamos a decir del resto de la cara, tanto botox las deja sin una arruga, pero también rarísimas, sin expresión, y al final la mayoría parecen extraterrestres. Y caen hasta las más guapas…Si no, no hay más que ver el despropósito de la penúltima en caer: Cameron Díaz, que era un bellezón con rasgos cubanos, una mezcla espectacular y que ha acabado siendo una versión del muñeco diabólico la pobre…

Y que debe ser un traumón, por guapa que te dejen mirarte al espejo y no reconocerte –digo yo- aunque también hay que entender que sobre todo en ciertos círculos como Hollywood, debe ser difícil, especialmente para las féminas el paso del tiempo, las arrugas y que te dejen de llamar.

Algunas tienen las suerte de trabajar siempre, pero es verdad que no todas son Meryl y pueden estar siempre ahí…y es que que para ellas las operaciones no son capricho sino necesidad, en un mundo tan competitivo donde cada año surgen nuevas bellezas, y por si fuera poco; con talento  (yo este año en los Oscar aluciné, a la mitad no las conocía) así que si puedes aparentar 10 o 15 años menos, mejor…Aún así a veces una no deja de preguntarse cómo no cogen un poco de miedo viéndose las caras las unas a las otras…

 

 

Y al hilo de este tema el otro día ví a Ava Gardner en “cincuenta y cinco días en pekín” esplendida, hermosa, y…un poco mayor, pero maravillosa; supongo que en la Meca del cine entonces, también se operaban, pero menos, y aún se puede apreciar su hermoso rostro y, sobretodo; se reconoce…Sin embargo hay oras de las que-por desgracia-no quedó nada, más que una caricatura de sí mismas; un esperpento…Y es que a lo mejor-digo yo- el truco está en saber parar a tiempo…y quedar con algo de expresión ¿no es mejor envejecer con dignidad? Y aquí hay Damas maravillosas, con arrugas y fabulosas…

De las operadas nacionales mejor no me pronuncio; solo diré que cuando se juntan varias (incluso jóvenes) dan mucho pero que mucho miedo, y que además todas se parecen ¿por qué será? “Y hasta aquí puedo leer”, como si yo fuera Mayra Gómez Kemp en sus buenos tiempos-no me vayan a demandar…

Aún así, defiendo que cada uno disponga de su cuerpo. Que también las hay fenomenal operadas, y que un complejo eliminado o una operación acertada cambian la vida, y, que cada cual es libre (faltaría más) que, los retoques, los tratamientos y las mejoras propias son maravillosos en su justa medida a más de una y de uno se les pone mejor cara también porque no nos olvidemos: somos uno cuerpo y alma (querido Platón, si tú supieras…) y cuando nos vemos y nos sentimos guapos, eso nos hace estar contentos y felices. Así que Ole.