Lauren Bacall era Neoyorquina. Hija de emigrantes Judíos: Polaco y Rumana. Además era prima hermana de Shimon Peres.
Hermosa, atrevida, arrogante, fría, fuerte.
Empezó como acomodadora en un cine. Al poco se hizo modelo, y el resto es historia.
En nuestra rutina quedarán sus imágenes como chica del gánster, como belleza inalcanzable y como mujer de rompe y rasga.
Supo decir sí y decir no. Y vivió una vida larga, y nos dejó algunas de las imágenes más increíbles del cine de todos los tiempos.
Por si eso fuera poco amó a Humphrey, supo vivir con él y sin él. Y tuvo tres hijos.
Supo envejecer de verdad, con dignidad, con elegancia, porque así era ella.
Y lo mejor de todo: nos enseñó a silbar.
Hasta siempre, Lauren.
Fotos: Huffinghton post, Vogue
Era el culmen de la elegancia y estoy totalmente de acuerdo contigo, una de las pocas actrices que ha sabido envejecer con dignidad, guapísima con sus arrugas. Un beso.
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