“El concierto”

 

Ya había  perdido la cuenta del número de veces que había tenido esta película en la mano antes de -por fin- decidirme a alquilarla, pero por lo menos cinco o seis, y desde luego, cuando por fin nos decidimos el resultado no pudo ser mejor…

 

 

La historia arranca con un drama de fondo,  pero no es para nada un dramón ni nada que amargue la vida de los protagonistas, ya que estos viven su vida de la mejor manera posible, engullidos por una realidad marchita y gris, con un halo de resignación, pero intentando también sacar lo bueno de sus días; hasta que de repente, casi por casualidad llega una oportunidad de oro que hará cambiar la existencia de todos ellos…primero porque con esta vuelve la alegría y la música por la puerta grande de sus vidas, (aunque en realidad nunca se fue), y segundo porque será la motivación que reúna de nuevo a un grupo tan heterogéneo como simpático, y que dé lugar a situaciones tiernas, y sobre todo hilarantes.

 

 

Porque “el concierto” no es una comedia, pero con ella se ríe muchísimo más que con otras que supuestamente se escribieron con el fin de divertir al espectador y después de las cuales uno se pregunta qué es al final lo que tienen de divertido…tampoco es un drama, si bien tiene partes ciertamente dramáticas, pero contadas con sutilidad, que no ligereza…al final resulta una película muy agradable de ver con personajes irónicos, grotescos, amables, chocantes y sobre todo entrañables, que atrapa al espectador…

 

 

Ya me estáis dando envidia los que no la habéis visto, para mí ver una película buena es como el primer beso: se puede repetir, pero esas primeras sensaciones ya no son iguales…

 

 

 

 

Me quedo con el espíritu de sus personajes porque son capaces de venirse arriba,  pese a tener momentos, o años malos, al final no decaen y tienen fuerza y alegría de vivir, y son como las personas auténticas, (esas que sacan el jugo a la vida): que, a veces se caen ( o las hacen caer) pero siempre vuelven a levantarse.

 

 

 

 

Y también entraña una crítica al comunismo, y me recuerda un poco a “Good Bye Lennin” (otra película más que recomendable), porque con un trasfondo agridulce entraña mucho encanto y alegría: igual que la vida; vamos, que, como dice una amiga mía: “si la vida te da limones, habrá que aprender a hacer limonada…”

Un beso. Lola